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1 de junio de 2023

Gregor Samsa y la violencia intrafamiliar

Autor: Fabio Bartoli*

* PhD en Filosofía

fabio.bartoli92@gmail.com

Las opiniones expresadas en esta publicación son del autor. No pretenden reflejar las opiniones del Observatorio o de la Universidad Externado de Colombia


Cuando, una mañana, Gregor Samsa se despertó de unos sueños agitados, se encontró en su cama transformado en un bicho monstruoso[1].

Así inicia uno de los cuentos más famosos de la obra de Kafka, La metamorfosis. Entre los distintos elementos de reflexión que este texto kafkiano brinda, aquí se quiere destacar brevemente el tema de las relaciones familiares de los Samsa para ofrecer una lectura del texto que pueda resultar llamativa para los estudios sobre la familia. 

En primer lugar, es oportuno recordar que Gregor Samsa trabajaba como viajante de comercio para una empresa de Praga. Este encargo suponía frecuentes viajes para promocionar y vender los productos de la compañía afuera de la ciudad. El protagonista no hace ningún misterio del hecho de que él sufre mucho en este empleo, pues lo obliga a conducir una vida inconstante que se desarrolla entre viajes incómodos y días de trabajo desgastante en la ciudad: todo esto implica la imposibilidad de tejer relaciones sociales duraderas y conduce a un aislamiento agotador. 

A pesar del disgusto que la actividad laboral le produce, Gregor Samsa no se decide a abandonarla a causa de sus padres: “lo mantiene ligado a este trabajo que detesta, una deuda en la que incurrieron los padres y que él tiene que pagar”[2]. De hecho, Gregor es el único sustento económico de su familia, la cual está compuesta por él, sus padres y una hermana. Probablemente, el rechazo a esta situación es la motivación principal que causa la metamorfosis del protagonista en un insecto. Sólo por medio de la deshumanización del sujeto, se puede encontrar una vía de escape a este callejón sin salida, cuya naturaleza debemos identificar como un problema de naturaleza estrictamente de orden familiar, o sea de tensión entre “una visión solidarista, que hace prevalecer los intereses de la familia, y otra, según la cual, aunque la familia sea el núcleo de la sociedad, es necesario lograr la concepción de los valores del individualismo, que exigen una protección más fuertes de los sujetos, aun en contra de la familia”[3]. Parece evidente que Gregor ha quedado aplastado entre estas dos posturas, que no ha sido capaz de conciliar y que lo han llevado a sacrificar las aspiraciones individuales que cada ser humano debería estar legitimado a tener, a favor del apoyo económico de sus familiares por medio de un trabajo que lo aniquilaba como sujeto autónomo[4].

Así las cosas, pareciese que, entre las tantas cuestiones que el cuento kafkiano trae a colación, una de estas sea hasta qué punto debería cooperar un sujeto con su familia, para no arriesgar su completo aniquilamiento como ser individual. La Corte Constitucional colombiana ha ofrecido una respuesta interesante a esta pregunta cuando ha definido la familia como:

“El ámbito adecuado para que dentro de un clima de respeto, no violencia e igualdad, sus integrantes puedan desarrollarse a plenitud como seres humanos, con la garantía de intimidad que permita el transcurso de la dinámica familiar sin la intromisión de terceros y, así mismo, lograr un equilibrio entre la estabilidad necesaria para el desarrollo de sus miembros con dignidad y el libre desarrollo de la personalidad a que tiene derecho cada uno de sus integrantes, aspecto este donde cobra importancia la existencia de un ambiente de respeto por cada persona y de libre expresión de afectos y emociones”[5].

Ahora bien, con esta interesante tentativa de definición el juez está haciendo hincapié en un aspecto que consideramos fundamental para poder reflexionar sobre la pregunta que Kafka nos hace: la familia debe permitir el libre desarrollo de la personalidad de cada uno de sus miembros. Este planteamiento se vuelve aún más diciente si se destaca su clara matriz aristotélica. En efecto, dicho desarrollo de la personalidad puede leerse como una referencia a la eudaimonìa aristotélica, la cual consiste en la posibilidad de cada individuo de poder desempeñarse en las funciones hacia las cuales se siente más proclive. Sin embargo, este estatus ideal no se puede alcanzar en un contexto apolítico (en donde con este término se hace referencia a la vida comunitaria). Esta dimensión política, fundamental para el desarrollo, tiene que entenderse tanto desde el punto de vista de la vida pública social, como desde el punto de vista de la vida compartida en familia, la cual, además, es el núcleo constitutivo de la primera[6].

De todo esto se puede deducir que una familia saludable debería permitir al ser humano desarrollar plenamente las propias aspiraciones en consonancia con sus calidades personales, las cuales pueden desarrollarse solo en un contexto de comunidad y cuyo desarrollo determina la misma esencia humana. Bajo este entendido, empieza a delinearse la lógica de la solución de Kafka, quien transforma a su personaje en un insecto, luego de que se ha hecho evidente que él ya no podrá ambicionar a desarrollarse como ser humano. Dicho de otro modo, la transformación no es nada más que la consecuencia física de un cambio existencial: la renuncia definitiva a la propia esencia individual. 

Sin embargo, es oportuno resaltar que dicha renuncia parece no haber sido una libre elección de Gregor, sino más bien se puede afirmar que fue impuesta por los otros miembros de la familia, quienes, aprovechándose de la supuesta responsabilidad solidaria que cada miembro de una familia debería tener con los demás, han descargado todas sus responsabilidades en Gregor y de este modo le han impedido autodeterminarse por fuera del contexto familiar. De hecho, su rol de trabajador/sustentador se ha posesionado de toda su esfera vital, sin dejar espacio para los otros rasgos de su personalidad. Usando un término técnico, no hesitaríamos a definir toda la historia de Gregor como un clásico ejemplo de violencia intrafamiliar. 

Siguiendo esta lectura, podríamos interpretar toda La metamorfosis como una amonestación que Kafka nos hace acerca de los riesgos deshumanizadores de la violencia intrafamiliar en las víctimas, sobre todo en los casos en donde no hay una intervención ajena que pretenda mitigar las agresiones o a eliminarlas.

Referencias:

Bartoli, F., “Estrategias de enmascaramiento en Kierkegaard y Kafka. Una breve reflexión sobre el papel del escritor en la moderna sociedad burguesa”, en Areté, n. 33, vol. 2, 2021, pp. 223-344.

Bartoli, F., Un mismo lado del mundo. La seducción donjuanesca y la decisión fáustica en Kierkegaard y Kafka, Casa de Asterión, Santa Rosa de Cabal 2022.

Kafka, F., La transformación, Debolsillo, Barcelona 2012.

Rueda, N., La noción jurídica de la familia en Colombia: una categoría en construcción entre restricción y libertad, Universidad Externado de Colombia, Bogotá 2016.

Rueda, N., La responsabilidad civil en el ejercicio de la parentalidad. Un estudio comparado entre Italia y Colombia, Universidad Externado de Colombia, Bogotá 2020. 

Vegetti, M., y Ademollo, F., Incontro con Aristotele. Quindici lezioni, Einaudi, Torino 2016

Zuleta, E., Kafka, el artista y el mundo moderno, Ariel, Bogotá 2022. 

Imagen destacada: Franz Kafka, Esgrima, 1917


[1] F. Kafka, La transformación, Debolsillo, Barcelona 2012, p. 19.

[2] E., Zuleta, Kafka, el artista y el mundo moderno, Ariel, Bogotá 2022, p. 33.

[3] N., Rueda, La responsabilidad civil en el ejercicio de la parentalidad. Un estudio comparado entre Italia y Colombia, Universidad Externado de Colombia, Bogotá 2020, p. 96. 

[4] Es interesante anotar que en su biografía personal el mismo Kafka padeció el sufrimiento que dicha tensión provoca en varias personas, cfr. F. Bartoli, “Estrategias de enmascaramiento en Kierkegaard y Kafka. Una breve reflexión sobre el papel del escritor en la moderna sociedad burguesa”, en Areté, n. 33, vol. 2, 2021, pp. 223-344; o para una reflexión más extensa y detallada, cfr. F. Bartoli, Un mismo lado del mundo. La seducción donjuanesca y la decisión fáustica en Kierkegaard y Kafka, Casa de Asterión, Santa Rosa de Cabal 2022, en particular, los capítulos dos y tres.

[5] Sentencia C-660 de 2000. Al respecto, se encuentran una reflexiones interesantes en N., Rueda, La noción jurídica de la familia en Colombia: una categoría en construcción entre restricción y libertad, Universidad Externado de Colombia, Bogotá 2016.

[6] Cfr. M. Vegetti y F. Ademollo, Incontro con Aristotele. Quindici lezioni, Einaudi, Torino 2016, p. 184. Sin embargo, véase todo el capítulo Un’etica per l’animale politico (Un ética para el animal político) 

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